Es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que afecta a las unidades pilosebáceas de la cara principalmente la región centrofacial. Es más frecuente en personas con fototipos claros. La rosácea está asociado con una carga significativa de enfermedad y deterioro en la calidad de vida.
Afecta con mayor frecuencia a mujeres, principalmente caucásicas de fototipos claros y de edad media. La edad normal de inicio generalmente se considera entre 35 y 45 años en mujeres y 45 a 55 años en hombres, pudiendo ser más severa en hombres. Hasta el 25% de los pacientes con rosácea tienen un historial familiar.
Clínicamente afecta la zona centro facial, nariz, mentón, mejillas centrales, glabela y frente. Las regiones periorales o periorbitales, el cuello y el pecho, o áreas detrás de las orejas, rara vez se ven afectados. Puede involucrar a los ojos. Los signos y síntomas de la rosácea incluyen: eritema persistente, cambios fimatosos, flushing, eritema transitorio, telangiectasias, pápulas, pústulas, edema, dolor, escozor, ardor, tirantez y sequedad de la piel.
Existen múltiples factores se consideran como exacerbantes de la rosácea, entre los que se encuentran: Exposición a temperaturas extremas, fotoexposición, líquidos calientes, comidas picantes, alcohol, ejercicio, irritantes tópicos, emocionales, ácido nicotínico, alteraciones de la barrera cutánea.
El tratamiento consiste en un adecuado cuidado de la barrera cutánea, fotoprotección, cremas tópicas medicadas, antibióticos orales y terapia laser.
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